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jueves, 30 de abril de 2009

ADIÓS A GEOCITIES, UN SERVICIO DE YAHOO



Yahoo ha comunicado que el servicio de alojamiento web Geocities desaparecerá este año. Símbolo de la primera etapa de la Era de la Participación, cuando descubrimos que la Web no era tan sólo una vidriera, sino un espacio para publicar nuestros textos, fotos y videos, GeoCities falló en adaptar su modelo a la Web 2.0. Pero dejó su marca.


El anuncio llega apenas unos días después de que Yahoo diera a conocer que planea recortar más de 700 empleos luego de que su ingreso neto en el primer trimestre cayera un 78 por ciento.

Con él se evapora un buen pedazo de historia del internet de los años 90. Pero no es sólo eso lo que se pierde con la muerte de este mito de la web 1.0. Aún existen millones de páginas en internet —muchas de ellas en castellano— que se desintegrarán si sus usuarios no hacen nada para evitarlo.

En Yahoo prometen tomar este verano europeo el toro por los cuernos ante este 'apagón digital' y facilitar la evacuación. De momento la única sugerencia que dan es mudar las páginas a otro servicio de alojamiento —sugieren usar el suyo, claro(Web Yahoo!)—. La operación aunque sencilla es engorrosa y requiere de ciertos conocimientos técnicos... que la mayoría de usuarios de GeoCities no tienen. De hecho, es probable que más de uno ni recuerde las claves de acceso al servicio. Google Pages es un buen destino para emigrar. Otros destinos pueden ser : www.blogger.com de Google ó www.wordpress.com de Wordpress.

Algunos seguían utilizando este espacio de alojamiento para subir documentos, como archivos PDF, que luego enlazaban desde blogs o en redes sociales. Todos esos enlaces dejarán de funcionar y seguramente se perderá algún que otro valioso documento. No deja de ser inquietante que los que depositan su confianza en un servicio tan veterano —funciona desde 1995— y en una empresa como Yahoo (que adquirió GeoCities en el año 2000 pagando 2800 millones de dólares) vean ahora como este trozo de la World Wide Web se esfuma.

La Web 2.0 por lo tanto suelta lastre y se deshace de los restos de la Web 1.0. Ante semejante situación cabe preguntarse qué pasará dentro de 10 años: ¿Veremos desaparecer toda nuestra información de Flickr o Facebook? ¿Cerrará Google Blogger destruyendo millones y millones de blogs?

Estos interrogantes pueden parecer una broma hoy pero es inevitable plantearlos al recordar cómo se dispararon las acciones de GeoCities cuando se estrenó en 1998 a bombo y platillo en el NASDAQ. La red es joven y ni mucho menos eterna, por lo que alguien debería hacer algo para que Internet Archive no sea su único cementerio de elefantes.

En 1996 GeoCities ya existía desde hacía algunos años, fue una de las primeras 'starups' de internet en Silicon Valley. Ofrecían 10 inmensos megabytes de espacio de almacenamiento gratuito libres de publicidad, que era algo bastante extraño por aquel entonces en la red. Muchos se decidieron a crear y almacenar una web en sus servidores.

Su principal problema frente a los servicios de pago consistía que las direcciones eran tremendamente complicadas, tanto que era muy difícil aprenderlas y un suplicio escribirlas en el navegador. Aquellas primeras páginas personales tenían un estilo muy característico. Eran HTML puro y duro y apenas se actualizaban —lograr que todo funcionase ya era todo un reto como para luego andar modificando algo—.

Crear una página personal antes de la irrupción de los weblogs, que simplificaron extremadamente el proceso, era una proeza para un usuario sin demasiados conocimientos. Pese al engorro que suponía trabajar con GeoCities, cuyo funcionamiento ha cambiado poco en la última década, fueron muchos los que han ido usando el servicio para mantener páginas personales con una estética desastrosa. Abundaban los inefables gifs animados, los dolorosos archivos de audio MIDI y los textos ilegibles por el uso de la tipografía comics sans, además de fondos de pantalla siniestros.

Pero cuando se frotaron las manos muchos improvisados webmasters fue con la llegada de las animaciones en Flash y la irrupción del streaming de audio y video con Real Player o Windows Media. Era toda una proeza escuchar o ver esas emisiones. Con semejante cacharrería y un parque de ordenadores plagados de virus, conectados a la red con conexiones RTB que fallaban con frecuencia, y equipados con navegadores terribles era fácil escuchar aquello de ¡oye, no puedo ver tu página!

Aquellas páginas con frecuencia se creaban con un programa tan tosco como eran las versiones antiguas de Microsoft Word. Pese a todo, algunas de ellas siguen conteniendo valiosa información y son fruto de muchas horas de trabajo.

FUENTES:

RAMÓN PECO (ESPAÑA)

ARIEL TORRES (LA NACIÓN-ARGENTINA)

CARRIE-AN SKINNER (PC-ADVISOR LONDRES)

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